La tecnológica española Orizon cree que el nuevo Reglamento europeo DORA (Digital Operational Resilience Act) para asegurar la operativa del sector financiero de la UE y su capacidad de seguir prestando servicio en situaciones adversas es una oportunidad única para que nuestro sistema financiero dimensione correctamente el valor conceptual y real del “rendimiento” en sus sistemas tecnológicos, un eje fundamental para adecuarse a esta nueva normativa. DORA será de obligado cumplimiento tras su entrada en vigor, a partir del 17 de enero de 2025, para las entidades financieras y proveedores que operan en la UE, tanto con sede en la Unión Europea o en un país tercero.

De hecho, la nueva normativa, que hace hincapié en el cumplimiento de distintos requisitos para fortalecer la seguridad del sistema financiero europeo, menciona el término “rendimiento” de los sistemas tecnológicos como factor determinante para elevar la resiliencia de las entidades y, a la sazón, incrementar la eficiencia y aquilatar los costes tecnológicos de estas organizaciones. Otra de las novedades de DORA es que, no solo fija requisitos uniformes para las redes y los sistemas de información de las organizaciones, sino que también establece un marco de vigilancia para los proveedores externos de servicios tecnológicos.

A este respecto, y según Orizon, el cumplimiento a tiempo de esta nueva normativa pone a la banca de nuestro país frente a una “cuenta atrás”. Como ya ha manifestado la empresa en reiteradas ocasiones, y no sólo ciñéndose a la banca, sino también a grandes empresas con sistemas tecnológicos complejos, nuestro sistema financiero padece sistemáticamente sobrecostes por los problemas e ineficiencias de su software por una gestión deficiente del rendimiento de sus sistemas y esta situación se ha agudizado notablemente con los procesos de migración a la nube.

De hecho, y según Orizon, esta migración y la alta complejidad del entorno cloud ha propiciado unos sobrecostes “inesperados” de en torno a un 45% en sus presupuestos tecnológicos y, paradójicamente, con un resultado calificado como negativo ya que cerca del 80% de las organizaciones no ha alcanzado los objetivos que se habían marcado.

En este sentido, Orizon señala que la resiliencia operativa de las entidades financieras implica, tal como apunta la nueva normativa DORA, la gestión del riesgo y la seguridad, pero también atañe al rendimiento de los sistemas tecnológicos en los que soportan su negocio y ello implica mantener bajo control una serie de indicadores clave de rendimiento (KPI, por sus siglas en inglés), tales como disponibilidad, tiempos de respuesta y cumplimiento de los acuerdos de nivel de servicio por parte de los proveedores externos.

En todos estos KPI influye directamente el software que, según Orizon, adolece de una falta de calidad, tanto en el desarrollo como en el mantenimiento, y esta problemática es común en el sector financiero, donde entre un 30% y un 40% del gasto en TI corresponde a esta partida. Concretamente, en el desarrollo y el mantenimiento de software en el sector financiero, Orizon constata que en la actualidad el 50% del total de componentes técnicos presenta alguna mala praxis y es aún más alarmante que, cuando se modifica o se actualiza el software, permanecen y se extienden al no estar identificadas ni contar con los mecanismos para detectarlas y modificarlas.

Medición constante y control de costes
La medición constante es la clave para la optimización continua y base de la plataforma BOA de Orizon al integrar más de 150 KPI alineados con las prioridades y requerimientos de cada organización. Estos KPI se basan en algoritmos desarrollados por la compañía, de acuerdo con su estándar de mejora continua del rendimiento, único en el mundo, y su metodología DevPerOps.

La tecnología BOA permite un control y optimización del rendimiento TI continuos y extendidos en todos estos entornos. BOA detecta, identifica y correlaciona las ineficiencias y los problemas, las ordena por importancia e impacto en el negocio y propone la solución para su resolución. Además, aplicando analítica de datos e inteligencia artificial, BOA dota las empresas de una capacidad indispensable para analizar los riesgos y actuar de forma preventiva, de forma que pueden tener conocimiento de sus costes tecnológicos en el pasado, el presente y a futuro.

Igualmente, y de acuerdo con una de las novedades de DORA (vigilancia de la calidad de los desarrollos de los proveedores externos), BOA también asegura el cumplimiento de los acuerdos de nivel de servicio por parte de ellos. La empresa ha constatado que cuando las áreas de TI y los proveedores externos perciben que están siendo monitorizados y son objeto de medición son conscientes de estar en evaluación continua y los objetivos que antes apreciaban como finales se convierten en objetivos en consecución permanente.

Según Ángel Pineda, CEO de Orizon, “nuestra propuesta de mejora continua del rendimiento responde justamente al objetivo capital de la normativa DORA, que el sector financiero sea resiliente y capaz de ofrecer servicios de alta calidad en todo tipo de circunstancias y, además, en un contexto de control de costes”. “El entorno financiero”, –añade Pineda--, “tiene la oportunidad y la necesidad de evolucionar desde un modelo clásico de gobierno TI, eminentemente funcional y reactivo, es decir, basado en incidencias, a un modelo de eficiencia, de servicio y control del rendimiento en base a KPIs relevantes para el negocio”.