Cada vez quedan menos prestaciones que no puedan hacerse desde un teléfono móvil. Lo último es una tecnología que permite utilizar el smartphone para comprobar la autenticidad de los billetes. Está basada basada en pigmentos encapsulados que reaccionan ante un campo magnético (como el del altavoz de un terminal móvil) generando una imagen.

Giesecke & Devrient (G&D) ha desarrollado una nueva tecnología para el papel moneda que permitirá a cualquier usuario verificar la autenticidad de los billetes con su teléfono móvil. La nueva tecnología, denominada  MAGnite, es el último elemento de seguridad interactiva desarrollado por esta multinacional alemana, fabricante de billetes desde hace más de 150 años y una de las pocas empresas europeas privadas que imprime billetes de euro.

MAGnite se basa en unos pigmentos especiales que reaccionan ante la interacción con un campo magnético, como el que crea el altavoz de un móvil. Con ello, si se acerca un billete auténtico al dispositivo, el usuario podrá  ver dicho campo magnético. Funciona también acercando cualquier imán corriente al teléfono.

El sistema desarrollado por G&D asegura que los pigmentos reaccionan rápidamente y durante toda la vida útil del billete ya que están protegidos en micro cápsulas de alta resistencia dentro de las cuales se pueden mover y reaccionar ante el dispositivo móvil u otro campo magnético.
Los elementos de seguridad

MAGnite se suma a otros elementos de seguridad de los billetes pensados para que los  usuarios domésticos puedan verificar su autenticidad, como marcas de agua o hilos de seguridad.  Como estos, MAGnite ha sido desarrollado para ser muy sencillo de usar, pero con tecnologías avanzadas y complejas para evitar su falsificación e imitación. G&D desarrolla cada año un nuevo elemento de seguridad para ir un paso por delante de los falsificadores en la actual era digital.

Otro grupo de elementos de seguridad sólo son verificables por establecimientos comerciales, bancos y empresas de transporte de caudales y un tercero de caracter oculto y mayor nivel de seguridad que solo pueden controlarse por los bancos centrales mediante técnicas especiales.