A pesar de la reazlentización causada por la Covid-19 en conjunto con las restricciones a la movilidad y el descenso de la actividad comercial y productiva derivados de la crisis sanitaria, el reciclaje de los aparatos electrónicos y pilas en nuestro país resistió, de tal forma que la entidad Recyclia gestionó 59.154 toneladas de estos residuos el año pasado.
De este total, 51.839 toneladas correspondieron a aparatos electrónicos, cifra con la que la entidad logra el objetivo que se marcó, tras declararse la pandemia, de intentar mantener este volumen de residuos por encima de las 50.000 toneladas, más aún tras el récord de 57.520 toneladas conseguido en 2019. Desde el inicio de su actividad, Recyclia ya ha gestionado 415.720 toneladas de este tipo de residuos.
En lo que se refiere a pilas y baterías, la entidad ha establecido un récord con la recogida, a través de la fundación Ecopilas, de 7.315 toneladas de estos residuos, tanto de tipo doméstico, como industrial y de automoción. Ecopilas, que ha gestionado más de 43.600 toneladas de pilas desde que arrancó su actividad, ocupa ya el quinto puesto entre los sistemas colectivos de gestión de estos residuos de Europa, según la asociación europea Eucobat.
Por otra parte, destaca el crecimiento en un 329% del volumen de paneles solares reciclados, hasta alcanzar las 481 toneladas en 2020. A este respecto, cabe recordar que su reciclaje es obligatorio sólo desde 2015, cuando fueron considerados legalmente residuos electrónicos.