No hay duda de que las unidades de disco duro (HDD) siguen demostrando que son un importante medio para el almacenamiento de datos. Hace unos años, numerosos analistas de la industria afirmaban que los discos duros serían completamente reemplazados por unidades de estado sólido (SSD), y una parte importante aseguraban que el vaticinio se cumpliría en 2020. Sin embargo, arrancamos 2023 y está muy claro que la profecía no se ha cumplido y no se cumplirá en el futuro previsible. Su alta capacidad y el bajo coste por unidad de capacidad hacen que los discos duros sigan siendo la opción más atractiva para un amplio abanico de diferentes tareas.
Los volúmenes de datos generados y almacenados han crecido exponencialmente en el curso de la última década, superando cualquier previsión. Y siguen aumentando. Confiar únicamente en la memoria SDD simplemente no sería posible. En primer lugar, porque las cantidades de SDD que se producen no podrían satisfacer la demanda. En segundo lugar, la memoria SSD no resulta lo suficientemente económica para abordar muchas de las aplicaciones más sensibles a los costes en las que se requiere almacenamiento de datos a gran escala.
Los desarrollos de ingeniería actualmente en curso están ayudando a mantener la competitividad de los HDD y Toshiba afirma que los discos duros dominarán el mercado de almacenamiento en 2023 frente a las previsiones. Además, junto a los avances tecnológicos, hay una serie de tendencias en el mercado que aseguran ese dominio.
El momento que viven los HDD no está perdiendo velocidad Gracias a estas dos palancas -una demanda creciente y los avances de ingeniería en progreso- el momento que viven los HDD no está perdiendo velocidad y Toshiba continúa invirtiendo para aumentar su capacidad de producción.